Septiembre es el mes del testamento, documento en el que se expresa la voluntad de una persona sobre el destino que tendrán sus bienes y derechos –casa, terreno, vehículo, cuentas bancarias, entre otros–, así como las personas que participarán en el cumplimiento de sus decisiones.
No es necesario tener un gran patrimonio para hacer un testamento, cualquier persona que desea dejar clara su voluntad y evitar conflictos entre sus seres queridos puede hacerlo, y durante septiembre se ofrecen asesorías gratuitas y descuentos de hasta el 50 % sobre el precio regular.
Cuando no hay testamento los herederos conservan sus derechos legales, pero tendrán que enfrentarse a trámites más complejos y, en muchos casos, costosos.
La ley decidirá sobre el destino de los bienes y derechos de la persona que haya fallecido sin dejar testamento, lo que conlleva procesos largos y costosos ante tribunales judiciales que incluso podrían resultar dolorosos para sus familiares.
En la edición de septiembre de la Revista del Consumidor, en la sección “Finanzas personales”, se incluye un comparativo sobre los dos escenarios posibles cuando hay o no testamento.
Existen diferentes tipos, sin embargo, la publicación hace referencia al testamento abierto que es el más común y se otorga ante notario público. No requiere testigos, salvo en casos especiales, como cuando la persona que lo tramita no sabe o no puede firmar, leer, carece de la vista o del oído, o si así lo solicitan o lo establecen las leyes estatales.
Entre los requisitos indispensables para hacer un testamento en una notaría están: presentar una identificación oficial y acta de nacimiento; cumplir con la edad mínima requerida, la cual varía dependiendo de la entidad federativa donde se realice.