Un nuevo estudio indica que las sequías pronosticadas para finales de este siglo podrían reducir de manera preocupante el valor calórico potencial del néctar de las flores, lo cual perjudicaría a los polinizadores, como las abejas, así como a los vegetales que dependen de la polinización cruzada para reproducirse y fructificar, como es el caso del calabacín (Cucurbita pepo).
“En términos de calorías potencialmente perdidas en el néctar, esto equivale a más de una tonelada de azúcares por hectárea, de 1,325 a 71 kilos. Sin néctar para consumir, las abejas se van, las plantas no se reproducen y los agricultores pierden la producción”, explica Elza Guimarães, profesora del Instituto de Biociencias de Botucatu (IBB) de la Universidad Estatal Paulista (UNESP), en Brasil, y coordinadora del estudio, el cual ha contado con el apoyo de la FAPESP (Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de Sao Paulo) de Brasil.
Guimarães está vinculada al Centro de Investigación en Biodiversidad y Cambio Climático (CBioClima), un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID, por sus siglas en portugués) de la FAPESP con sede en el Instituto de Biociencias de la UNESP en Rio Claro.
Su trabajo mostró que un aumento en la pluviosidad tuvo un efecto positivo del 74% en el aumento del valor calórico del néctar. Sin embargo, los investigadores advierten sobre los problemas que pueden traer más eventos de precipitaciones intensas en un contexto ecológico más amplio.
“Una alta frecuencia e intensidad de lluvias puede tener consecuencias devastadoras para las plantas, los visitantes florales como aves e insectos, y para el propio mantenimiento de las interacciones entre plantas y polinizadores”, afirma Maria Luisa Frigero, primera autora del estudio, realizado durante su maestría en el IBB.
 
				





