Homenaje a una de las bandas de rock más emblemáticas

Homenaje a una de las bandas de rock más emblemáticas

El Museo Universitario del Chopo abre sus puertas para rendir homenaje a una de las bandas de rock más emblemáticas de México: El TRI.

La exposición ¡Que viva el rocanrol! Antología visual-afectiva para EL TRI, que forma parte de la celebración por los 50 años del Museo, no sólo rescata la memoria de los conciertos que alguna vez se vivieron en ese recinto, sino que también reconoce la trascendencia cultural y social del grupo liderado por Alex Lora.

El TRI nació en 1968 bajo el nombre Three Souls in My Mind, con composiciones en inglés que pronto se transformaron en canciones en español para transmitir un mensaje directo a la juventud mexicana. Las letras denuncian un sinnúmero de problemas en México, desde la situación laboral, económica o política hasta la sentimental y la urbana.

La banda cosechó grandes números de seguidores. En 1971 se presentó en el Festival de Avándaro, enfrentando la represión hacia el rock; en 1984 adoptó definitivamente el nombre con el que sus seguidores ya la identificaban: El TRI, vinculado a éxitos como “ADO”, “Que viva el rock & roll”, “Nuestros impuestos”, “Oye cantinero”, “Metro Balderas” o “Triste canción”.

Leyenda

El álbum Simplemente se convirtió en el primero del rock mexicano que obtuvo un disco de oro (desde entonces la banda ha recibido ocho de oro y uno de platino, así como cinco nominaciones al Premio Grammy). El grupo ha mantenido una carrera ininterrumpida, con giras internacionales, proyectos sociales y un público transgeneracional.

“El Chopo celebra este año su 50 aniversario y una parte inequívoca e importantísima de su historia es haber sido semillero del rock mexicano. El TRI tuvo presencia en el Museo en su momento y nos pareció natural dedicarle esta exposición”, explicó su curadora, Abril Castro.

La muestra reúne cerca de 50 piezas provenientes tanto de fans como de amigos cercanos a la banda. Pinturas, esculturas, guitarras intervenidas, muñecos y hasta peluches forman parte de este mosaico afectivo.

“Lo que nos impresionó fue el cariño de los fans, pero también el cuidado que la familia Lora tiene con su colección. Fue un ejercicio de afecto de ida y vuelta que no había tenido cabida en otro espacio”, comentó Castro.

Aunque muchas piezas de los años 60 no pudieron exhibirse por su estado de conservación, la curaduría incluye obras de los 80 hasta creaciones recientes, como un retrato a carboncillo entregado a Alex Lora en Monterrey apenas el mes pasado.

La exposición también rescata la dimensión política y solidaria del grupo, mencionó Castro, a quien le sorprendió descubrir que El TRI se ha comprometido con diversas causas sociales, desde el sismo de 1985 hasta el apoyo actual a las madres buscadoras, y que lo hace no como un política mediática sino como una postura real.

Este espíritu se refleja en proyectos como el realizado con internos de penales, quienes intervinieron guitarras donadas por Lora en talleres de artes visuales. Piezas que se convirtieron en símbolos de libertad, y que ahora dialogan con las otras obras en el Museo del Chopo.

El TRI ha sobrevivido a cambios de alineación, censuras y crisis. Su secreto, dijo Castro, está en la cercanía de sus letras. “Alex Lora habla de la vida cotidiana, de la ciudad, de los problemas reales. Eso hace que generaciones enteras se identifiquen con su música”.

De hecho, mientras algunos escucharon por primera vez al grupo en Avándaro, hoy jóvenes de 20 años corean sus himnos junto a sus padres y abuelos. Esta capacidad de reunir generaciones convierte a El TRI en un fenómeno social único dentro del rock mexicano.

Trayectoria

 

A lo largo de su trayectoria, la banda ha recibido múltiples reconocimientos. Desde esculturas en Ciudad Neza y Puebla hasta un mural dedicado en la plaza Tlaxcoaque, en el centro de Ciudad de México. National Geographic documentó parte de la historia del grupo, incluyendo su trabajo con artistas en reclusorios.

La curadora insistió en que la exposición no es sólo retrospectiva, es también un recordatorio de que El TRI sigue activo. Además, el montaje funciona como un viaje a los orígenes del Museo y del rock en México, ya que el Chopo, espacio que en los años 70 y 80 se convirtió en punto de encuentro para bandas emergentes, vuelve a resonar con la presencia de quienes alguna vez llenaron su foro.

“Para mí, El TRI es el padre del rock en español en México. Nunca han dejado de estar activos y su vigencia es prueba de su trascendencia”, concluyó Abril Castro.

La exposición abrió sus puertas el pasado 4 de octubre y podrá visitarse hasta el 26 de noviembre.